El 17 de noviembre de
este año hemos celebrado el día de Santa Isabel de Hungría. La tradición la
hace patrona de toda la
Tercera Orden, seglar y regular, aprovechemos esta
conmemoración, para profundizar en el conocimiento de ella y apropiarnos de cuanto en ella esnotorio de nuestro carisma
franciscano.
¿Qué mensaje tiene Santa Isabel, a los Franciscanos seglares de este
siglo? tiempo lleno de tecnología, conocimiento, de globalización, avance
portentoso de la ciencia, y a la vez un tiempo de agitación, de angustias, de egoísmos, de
guerras, de violencia, de pobreza,miseria, materialismo, poder y riqueza en
manos de unos pocos, de drogas, de
muerte. Una mujer como ella sí tiene mucho que decirnos hoy; en ella descubrimos pautas universales de seguimiento
de Cristo y de la convivencia con el prójimo pues ella sabía leer la presencia de
Cristo en los pobres, en los enfermos y miserables, el servicio que les
prestaba era su culto personal a Dios, Isabel pone de manifiesto
que sólo el amor renueva la vida, ella es siempre el testimonio concreto y
ejemplar de la misión apostólica a la que también nosotros como bautizados
somos llamados, es el ejemplo de vida de oración y entrega, que el Padre Bueno nos pone cerca a pesar de
transcurridos más de ocho siglos entre ella y nosotros.
Su vida nos interpela, nos reta
a ser seguidores de Cristo tras los pasos de Francisco, pues en la
figura de santa Isabel vemos que la fe y la amistad con Cristo crean el sentido
de la justicia, de la igualdad de todos, Santa Isabel nos invita a redescubrir a
Cristo, nos decía el Papa Benedicto XVI.
Nosotros conocemos que su vida
es plena de entrega a Dios y al prójimo, sabemos de su amor en
el matrimonio, en su familia, de su atención a los pobres, a los enfermos,
y a la gente marginada de su tiempo, una
vida que hoy nos llama a estar en el mundo, sin ser del mundo, y esto es parte fundamental de nuestra vocación
franciscana, que nos invita a la conversión continua, nos mueve a dar respuesta activa al requerimiento de
nuestra Regla (4) de “ir del Evangelio a la vida y de la vida al Evangelio”,
nos llama a crear lazos de amistad, de amor de comprensión en un mundo de indiferencia y de dominio
sobre las personas más débiles, a crear paz
y bien en un mundo de guerras y
conflictos, pero ello requiere que
estemos vacíos de egoísmo, dejándonos llenar por Dios, viendo como Isabelen
cada ser humano a Cristo, que busquemos servir a los otros, como ella, como
Francisco, así como Jesús que lavó los pies de sus discípulos.
Pero de Isabel de Hungría, también tenemos que tener presente que es
además de la mujer de la renuncia, del sacrificio, del servicio, una mujer de oración, su vida es orante y
contemplativa,y es allí donde también es nuestra guía y ejemplo pues nuestra regla nos dice "hacer de la
oración y de la contemplación el alma del propio ser y del propio obrar".
Esto significa hacer de la oración contemplativa una parte importante de
nuestra vida.
Procuremos hermanos reflexionar
en nuestra vocación franciscana, y hacer que nuestro quehacer diario se
impregne de los valores contenidos en
nuestra Regla, teniendo como modelo a nuestra Santa Isabel y oremos
porque siempre la imitemos en la penitencia, oración y servicio.
Un abrazo fraterno
Que el Señor siga bendiciendo
su vocación franciscana
y la obra de sus
manos.
María Martha Vivanco
MINISTRA REGIONAL CROFS
LIMA Y CALLAO