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sábado, 14 de diciembre de 2013

MENSAJE DE LA MINISTRA REGIONAL OFS LIMA CALLAO POR LA NAVIDAD




 



La Navidad nos trae cada año una oportunidad nueva para encontrarnos, o reencontrarnos con el Dios de Todos los tiempos, de todo lo que existente, con el inmenso Creador del Universo que se hace pequeñito, se hace Niño para enseñarnos dulce y amorosamente: a ser hermanos, a ser sus hijos y sus hijas, a sabernos amados y bendecidos por el amor infinito, que es capaz de visitarnos en nuestras formas, en nuestra tierra, hacerse uno de los nuestros, y amarnos hasta el extremo dar su vida por nosotros.  Tanto amor que casi no alcanzamos a comprender en nuestra capacidad de seres humanos y que vislumbramos tras el soplo maravilloso del Espíritu Santo y la Gracia de Dios Padre que nos otorga el don de la Fe.
El Señor de la  vida, del Universo, nuestro Señor nos espera amorosamente, y no deja de regalarnos hasta la última gota de su sangre, nos da a su Madre, por nuestra Madre, se queda con nosotros hasta el final de los tiempos en las Sagradas formas de pan y vino, con esa misma grandeza y sencillez que se hace presente en nuestra historia, una noche  iluminada en Belén, entre lo humilde, lo sencillo,  entre los animales, entre los pastores, entre los pobres, enseñándonos a ser sencillos, desprendidos, misericordiosos y  menores. San Francisco  sintió un asombro muy singular ante esta presencia del Señor entre los hombres ante esa humildad del Señor nacido  en Belén, ante ese Si de María que permite la Encarnación del Verbo “ … el Verbo se hizo carne y  habitó entre nosotros…”. Somos Franciscanos y seguimos al Niño de Belén, al Señor,  al Rey del Universo, tras el ejemplo y las huellas de nuestro Seráfico Padre Francisco,  en estas fechas procuremos realizar el mensaje de paz, de fraternidad, de sencillez,  y de alegría de ser Hijos de Dios, llevando en nosotros la presencia del Señor como María.
Que las luces de colores, los regalos, la cena sean motivo  de recordar la presencia del Señor que llena de luz nuestras vidas, que nos regala su presencia y nos da de comer su cuerpo.  Que lo profano, lo mundano y lo superficial no perturbe nuestra  reflexión, que podamos orar agradeciendo  y  bendiciendo ante nuestros pesebres como Francisco, que podamos pedir perdón por todo el bien que dejamos de hacer, que tengamos la humildad suficiente  y la fe necesaria para pedirle al Niño de Belén haga nuestro corazón semejante al suyo.


Muchas Felicidades Hermanos por el hecho de saber que el Dios de la Vida vino a ser uno de nosotros por infinito amor y que nuestra dicha se reparta en el amor a los hermanos.
Bendiciones a todos y cada uno de ustedes.

                            MARÍA MARTA VIVANCO CARDENAS OFS
                   Ministra de los Franciscanos Seglares de la región Lima Callao